A cada cerdo siempre le llega su san martín, eso esta clarísimo. A nuestra amiguita Isabel, la de la bata de cola, se le atraganto ayer el pastel de cumpleaños.
Por lo cual, me alegro soberanamente, nunca fue santo de mi devoción, sobre todo desde que saco el máximo partido a aquella de ser la “viuda de España.”
Oyes. Su marido no murió de forma más trágica que un minero asturiano o un buceador de obras en alguna cota oceánica haciendo plantaciones petrolíferas. (Mueren muchos así, pero no salen en salsarosa.)
Pero desde que se puso del lado de los astados aplicándole una buena cornamenta a la primera dama marbella, colmo el vaso de mi paciencia.
Además, se da la circunstancia de que en exacta época, mi ex me planto en la cabeza un par de esos apéndices con un cabrón del tres al cuarto que se vanagloriaba de ser amigo mío.
Entenderéis pues mi postura ante semejante actuación.
En fin, quiero decir, que se joda el tal Julián y chupe barrote hasta que le salgan caries bajo su infame bigote. Mas que nada por ladrón. Que ya estamos muy hartos de que los personajes que pululan hasta en la sopa con sus coches maravillosos, sus casas de ensueño y sus vacaciones para descansar de su fin de semana en montecarlo.
A si que, amiga mía, no salgas de cantora con aspecto de que un terremoto a asolado a toda tu familia porque solo has recibido lo que te mereces. Por mala gente.
Al fin al cabo, no debes quejarte, aun te pagan 8 millones por vociferar coplas en un escenario y brincar como un canguro con pulgas batiendo la cola de tu traje de faralaes.
Y eso es mucho más de lo que gana cualquier español en dos años consecutivos trabajando como un cabron.
Ah….y devolver tu y tu novio todo lo que le habéis quitado al maravilloso pueblo de marbella.
DKN
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